En ¿Hoy dónde vamos mamá? no suelo incluir reseñas de películas, entre otras cosas por falta de tiempo y porque ya hay muchos compañeros que las realizan estupendamente. Pero esta vez he pensado que merecía la pena (y mucho) hacer una excepción y recomendaros una película que me ha llegado al alma.
La cita era un jueves a última hora de la tarde. Uno de esos días de muchísimo trabajo, que tienes que madrugar al día siguiente y que en circunstancias normales me quedo en casa. Pero no podía fallarles a mis amigos de Proyecta-Alc. Certamen Educavisual para niños y jóvenes en su primera edición y que con tanto esfuerzo y cariño habían preparado este pre-estreno en Alicante. Se trataba de un pase privado de la película "La historia de Jan", con la presencia de su director, Bernardo Moll, acompañado de su mujer Mónica y su hijo Jan, todos ellos protagonistas de la cinta.
Justo antes de entrar tuve la suerte de poder saludarles y cambiar algunas impresiones con ellos. Nos hicimos la foto de rigor en el photocall, pero solo cuando Jan me devolvió mi nariz para que no saliera demasiado fea en la foto. Desde el minuto uno Jan me enamoró, con esa vitalidad y esas ganas de conectar con todo lo que le rodeaba.
Me acomodé en la butaca y me dispuse a disfrutar de la película completamente sola (me refiero a que acudí sola porque no me acompañaron ninguno de mis hijos ni mi marido, lo que hacía que me sintiera un poco extraña). Y aunque había leído el argumento, la película fue todo un descubrimiento.
Lloré, reí, recordé, sentí... Fueron tantas las emociones que los 94 minutos que dura la película se me hicieron cortísimos. "La historia de Jan" es una lección de vida; la historia de cómo unos padres afrontan que su hijo, su pequeño, ha nacido con Síndrome de Down y deciden que mirar hacia adelante es la única salida. Y la película, en la que absolutamente todas las escenas son momentos reales de la vida de esta maravillosa familia, es un recorrido desde el día que nació Jan.
Me asombra y me admira cómo en determinados momentos pudieron ser grabadas algunas de las escenas (como cuando realizan algunas terapias). Pero también tiene momentos divertidísimos, por los que hemos pasado todos los padres (sí Mónica, la primera palabra de mis hijos también fue PAPÁ).
Solo puedo darles las gracias a Bernardo, a Mónica y a Jan por hacernos este regalo. Un trabajo excepcional con el que contribuyen a normalizar y dar visibilidad a ese mundo, en ocasiones tan desconocido, de la discapacidad.
Me asombra y me admira cómo en determinados momentos pudieron ser grabadas algunas de las escenas (como cuando realizan algunas terapias). Pero también tiene momentos divertidísimos, por los que hemos pasado todos los padres (sí Mónica, la primera palabra de mis hijos también fue PAPÁ).
Solo puedo darles las gracias a Bernardo, a Mónica y a Jan por hacernos este regalo. Un trabajo excepcional con el que contribuyen a normalizar y dar visibilidad a ese mundo, en ocasiones tan desconocido, de la discapacidad.