Hace algunas semanas, tras mantener una conversación con el pediatra de mis hijos, surgió una idea que hoy ve la luz. Le comentaba entonces que, en ocasiones, había temas que me gustaría tratar en el blog, pero que no lo hacía o por falta de tiempo o por no ser especialista. Fue así como se nos ocurrió la idea de contar con colaboraciones de otros profesionales, para que fueran ellos los que nos aportaran su experiencia.
Y como no podía ser de otra manera, inaugura esta sección, a la que hemos bautizado como "Hoy nos visita...", el Dr. Antonio Redondo, pediatra del Vithas Hospital Medimar de Alicante, con un tema que durante estas semanas nos preocupa a todos los padres: "La alergia al polen".
La alergia al polen
Cuando llegan los meses de abril y mayo descubrimos que ha llegado la primavera: los días son más largos y los termómetros suben. A la vez numerosos niños y niñas, y también adultos, tienen picor de ojos o de nariz desesperante, con frecuentes estornudos y abundante mucosidad nasal; podríamos estar ante una ALERGIA AL POLEN.
La alergia al polen es la más frecuente en primavera, época de floración, seguida de los ácaros del polvo (aunque ésta también puede darse durante todo el año). Alrededor del 20% de las personas están sensibilizadas a algún tipo de polen.
¿Qué es la alergia?
La alergia es una reacción exagerada de nuestro organismo ante una sustancia que reconoce como dañina, en este caso sería el polen. De hecho la alergia tiene un gran componente hereditario, siendo frecuente que los niños alérgicos tengan familiares con enfermedades alérgicas, como asma, rinitis, atopia o alergia a alimentos.
¿Qué síntomas presenta?
Lo más llamativo es la rinorrea (mucosidad nasal), la obstrucción o congestión nasal y el picor de la nariz, que se acompaña de incesantes estornudos.
La alergia al polen es la más frecuente en primavera, época de floración, seguida de los ácaros del polvo (aunque ésta también puede darse durante todo el año). Alrededor del 20% de las personas están sensibilizadas a algún tipo de polen.
¿Qué es la alergia?
La alergia es una reacción exagerada de nuestro organismo ante una sustancia que reconoce como dañina, en este caso sería el polen. De hecho la alergia tiene un gran componente hereditario, siendo frecuente que los niños alérgicos tengan familiares con enfermedades alérgicas, como asma, rinitis, atopia o alergia a alimentos.
¿Qué síntomas presenta?
Lo más llamativo es la rinorrea (mucosidad nasal), la obstrucción o congestión nasal y el picor de la nariz, que se acompaña de incesantes estornudos.
Con mucha frecuencia se añade picor de ojos, lagrimeo, intolerancia a la luz, dolor de cabeza en la zona fronto-nasal, sequedad de nariz, sangrado de las fosas nasales, costras de moco, sensación de oídos tapados y picor de paladar o de garganta.
Hablemos de tratamiento
El tratamiento médico ha de ser individualizado, debiendo ser su pediatra o alergólogo el que indique toda la terapia a seguir; normalmente no sirve para un paciente aquello que le ha sido eficaz a otro.
La premisa fundamental es la PREVENCIÓN, intentando evitar, en la medida de lo posible, el contacto con los alérgenos responsables de su alergia. Sería bueno saber qué tipo tipo de polen ocasiona su alergia y la época de floración. Se sabe que la concentración de polen es menor en los edificios y en las zonas marítimas.
Así que:
- No permanecer mucho tiempo en campo o parques con alta presencia de polenes.
- Aunque es bueno ventilar la casa todas las mañanas, no se deben dejar mucho tiempo las ventanas abiertas, más aún si hace viento.
- Limitar las actividades al aire libre sobre todo en días de viento y sol intenso.
- Evitar situaciones en que se mueve el polen, como cortar el césped o barrer la terraza
- Poner filtros en el aire acondicionado.
Dr. Antonio Redondo
Pediatra.
Vithas Hospital Internacional Medimar. Alicante
**Ilustración cedida por NinaNinó.